Especial.- La casa de subastas Sotheby’s subastará el próximo miércoles una tabla de piedra con los Diez Mandamientos, que afirma ser la más antigua conocida, con una datación entre los años 300 y 800 d.C. La pieza, tallada en paleohebreo, tiene una historia intrigante, pero su autenticidad genera debate.
Selby Kiffer, principal especialista en manuscritos de Sotheby’s, destacó que la tabla, con un peso de 52 kilos y 60 centímetros de largo, conserva legibilidad a pesar del desgaste. Según la subasta, el valor estimado de la venta oscila entre 1 y 2 millones de dólares.
¿Un adoquín convertido en reliquia?
El hallazgo inicial de esta tabla remonta a 1913, durante la construcción de una vía férrea en el sur de Israel. Jacob Kaplan, quien documentó el descubrimiento en 1947, relató que la piedra se usó como adoquín en una casa antes de ser reconocida como un artefacto significativo.
“La escritura y la erosión indican que la pieza es auténtica”, explicó Kiffer, mientras reconoció la falta de pruebas arqueológicas directas que respalden su origen.
Expertos plantean dudas
Los académicos advierten sobre posibles falsificaciones. Brian I. Daniels, del Penn Cultural Heritage Center, señaló: “Los objetos de esta región suelen estar plagados de imitaciones”. Por su parte, Christopher A. Rollston, experto en lenguas antiguas, añadió: “No hay forma de confirmar su datación, ya que no se halló en un contexto arqueológico controlado”.
Rollston también subrayó que los falsificadores modernos a menudo añaden detalles sorprendentes para aumentar el interés en sus piezas. En este caso, la tabla omite el tercer mandamiento, “no tomarás el nombre de Dios en vano”, y añade una instrucción sobre el culto en el monte Gerizim, un lugar sagrado para los samaritanos.
El debate sobre el paleohebreo
La escritura en paleohebreo de la tabla es considerada una rareza. Durante el período atribuido, solo los samaritanos utilizaban este alfabeto, mientras que los judíos empleaban un hebreo más moderno. Según Kiffer, un lector contemporáneo de hebreo podría interpretar la inscripción con cierta facilidad.
“Es un texto fascinante, pero la historia inicial de su descubrimiento podría ser un adorno inventado por saqueadores o anticuarios”, concluyó Rollston.
Una subasta con impacto cultural
La tabla pasó por varias manos antes de llegar a Sotheby’s. Fue adquirida en 2016 por el coleccionista Mitchell S. Cappell por 850,000 dólares y ahora será ofrecida al mejor postor en Nueva York.
Este artefacto, rodeado de misterio y escepticismo, representa un reflejo de las tensiones entre el mercado de antigüedades y la arqueología académica.